lunes, 21 de febrero de 2011

Dualidad
Manuel Álvarez

Te he visto dormir
La mitad de una jornada
Ser lobo o mujer
O ambas a la vez;
En tanto la luz  cura la herida
Por andar a tientas
Una y otra vez.

“Luz silenciosa” de Yadith Río de la Loza


GRITOS
Manuel Álvarez

A media luz
En el cuerpo de miel
Tus pechos son un relincho
De la otra  que yace en ti.



“Equinoccio” de Yadith Río de la Loza.

EL VIEJO AUTORRETRATO

Jaime Ruiz Ortiz(poeta tabasqueño).

Te he visto, conozco
Los que has sido.
Un ahogado en libertades.
Mojarte en viento
Y aguas solidarias.
Te he visto con tus pasos
Bañando ríos de ti
Playas con los besos que te han prestado.
Te he visto también
Aprisionado como un tigre en sus bengalas
Tragarte tu asco, tu silencio
Caminar la inocencia del sadismo
Entre cenizas, brasas, humo agonizantes de cigarro.
Te he visto el fuego
La cura, la herida
La sangre de la espina en que descansa el dolor.
Y te he visto al fin contemplando tu propio hundimiento
Espantar al calor como a los moscos
Y crecer como el día
Y como la noche
Y derramarte en gotas de brillos durmiendo.
Y la gente te llama imbécil, idiota, poeta,
Traes el perdón y el pecado en la garganta.
Y yo te he visto, me he fijado últimamente
Eres como un vaso de agua seca  que cae y se derrama
Y moja
Conozco, he visto
Lo que has sido siempre.
Un ahogado en libertades.
Un poco tonto
Un poco amargo
Un poco.
Siempre.

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Villahermosa, 1975. Es poeta y ensayista. Estudió licenciatura en Comunicación por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Es coautor del libro José Carlos Becerra. Los signos de la búsqueda, (2003)

viernes, 18 de febrero de 2011

Pesar y pensar
Luis Alonso Fernández.

El nuevo libro que nos ofrece Samuel Pérez García, El escándalo de la vida (ensayos sobre la poesía) es, precisamente, un discurrir por esas zonas ixiónidas; en el, como una premisa de trabajo, Pérez García asienta en sus palabras de presentación que la poesía es alimento y sustancia que nos permite ver la vida con otra fisonomía menos tosca y pueril. Por ello se aboca, en un afán de comprender significados, a recorrer los caminos, con la reflexión, de la creación poética, sopesando no sólo las palabras –abalorios en los poemas- sino el acto creativo y las razones del mismo, distendiendo los temas como mantos extraños bordados para mirar sus tramas.
Construido en tres capítulos, en el primero, lo que la poesía pudiera ser, nos lleva a mirar, a cuestionarnos e intentar nuestras propias respuestas. En eso que se llama poesía ¿Qué es?, Dialéctica de la poesía. A propósito de la poesía y de su público, De poetas, antipoetas y no poetas, Nietzche y la poesía, de Cerca y de lejos: poesía y filosofía, de Bandera en el corazón, del poeta y su drama.
La segunda parte, otros caminos de la poesía, integrada por, según nos dice el autor, puntos de vista liricos con miras a publicarse en algún diario local, donde trata de las putas y la poesía, poesía y mujer, el gusto por la poesía, Mirtha Aguirre: el camino de la poesía, de poesía y de premios, a propósito de los talleres literarios, manifiesto de los poetas jóvenes de Acayucan, sucede que un día despierto. Manifiesto.
En la tercera zona del libro: de libros y poetas, a la vera del camino hallamos los trabajos ¿es poesía la de Orlando Guillén? A veces la palabra amor lastima, la poesía de Themis Ortega o la comunión con la soledad, los versos de María Esther Mandujano.
Hay un peligro en ejercitar la poesía, dice Eduardo Turón, según Pérez García, pues esa actividad en nada es inocente, ni se ocupa solamente en cantarle a lo bello, construyendo metáfora en lenguajes crípticos sólo para poetas. Para Turón como si la poesía fuese un animal ponzoñoso, hay en ella una dosis urticante de rebeldía:
Bajo el guante de goma de sus frases oscuras
Se oculta la dignidad del paria
En la palabra inútil
Merodea la verdad más insumisa.
Encontramos lo que los poetas creen (construyen) del significado de la poesía, la posible relación entre esta y la filosofía, ya sea porque la poesía lo impregna todo o porque debería impregnarlo todo; o porque la filosofía todo lo husmea y revuelve en busca de larvas de pensamiento; la división de poetas, antipoetas y no poetas (si es que los hay); la percepción que Nietzsche (y) tuvo de la poesía.
Producto de los cuestionamientos que –buen lector- se hacía al momento de leer a otros, este libro es un testimonio y una declaración de principios: ¡Existo! Nos dice Samuel Pérez García, viví, leí, hice poesía, y escribí.
En este releer y contraleer de Pérez García, me imagino con un libro AK 47 en las manos, repasando las líneas de palabras como si fuesen calles de una Tijuana o una Bogotá que viven esos libros, cuyos habitantes hablan de poesía como si usaran moneda corriente en tiendas y mercados. Un Borges se asoma en su poema El sur, para darnos su idea de poema, o mejor dicho, la idea que Samuel le arrebata al paso como si fuera de la mejor que por allá se da, y nos la oferta, conocedor del ramo:
Desde uno de tus patios haber mirado
Las antiguas estrellas,
Desde el bando de sombras haber mirado
Esas luces dispersas
Que mi ignorancia no ha aprendido a nombrar
Ni ordenar en constelaciones,
Haber sentido el círculo del agua
En el secreto aljibe,
El olor del jazmín y las madreselvas,
El silencio del pájaro dormido
El arco del zagúan, la humedad
-esas cosas, acaso, son el poema.
Poema lleno de silencios, como agujeros circunflexos que lo llenan todo, y cito a Samuel: “condición y motivo para que la memoria posea esa capacidad de captar la escena que  nos conduce a experimentar cierta tristeza”, y la certeza de que hemos entendido, en algo, aunque sea a través del zoom que nos presta el autor, que es poesía.
Otro iracundo, León Felipe, desde sus Versos y oraciones del caminante, apunta con amable violencia a las fachadas del vanguardismo:
Deshaced ese verso
Quitadle los caireles de la rima,
El metro, la cadencia
Y hasta la idea misma,
Acentuad las palabras,
Y si después queda algo todavía,
Eso
Será la poesía.
Apuntes de viajes con los que se puede construir el derrotero. Secretos de sensaciones y pesares íntimos que pueden servir al lector para, aprovechando el paso, visitar tal o cual poema para ver que sí, que la arquitectura del mismo, aunque pudiera estar deshabitada y el techo caído, es tal y como nos dijo. El laberinto de muros sintácticos y los nichos semánticos ahí están.
La cultura no es, por supuesto, invención ocasional, creación milagrosa o producto del azar, y la poesía, como todas las artes, es producto de la existencia común en espacio y tiempo y dolor, necesidades y sueños, migraciones y permanencias, y amor, no como lugar común desgastado sino como sentimiento que se forja con el diario existir, vivir, sufrir, reír, morir… cuando se escribe un poema (nos dice Samuel) se hace por y para alguien…escribo pensando cómo ese sentimiento de nostalgia debe aparecer en el poema para que le guste a quienes va dirigido. Pérez García toma partido en una vieja reyerta ideológica sobre si se puede o no hacer poesía para sí mismo. No, nos dice con acierto él, y lo contrario no es sino una excusa baladí para no ocuparte de los verdaderos asuntos de la vida, porque la vida y la escritura siempre son para otros y con otros.
Por eso Samuel se compromete como único posible espectador de la poesía de Orlando Guillén, a quien ni siquiera su hermano Carlos lee. Uno contra otro miles de no lectores. Pero ese único lector sabe que puede apostar el todo de su conciencia a poetas como Guillén, porque ellos viven la poesía, no se sujetan a los dictámenes de quienes odian la poesía y a los poetas, como el espiritual Platón que los erradicó de su República. La poesía, y Platón tenía conciencia de ello y por eso su odio, rivalizó con la filosofía, a pesar de que el Nietzsche lo ubicó por debajo de la música; sin embargo, en El nacimiento de la tragedia reconoció que ambas tienen un mismo origen: los cantos dionisiacos, y por ello se regocija con la irreverencia del poeta que enfrenta y afronta su tiempo.
“Pesar y pensar” son términos que evidencias un origen común. Pensar la poesía es pesar la palabra, sopesarla como se hace con una fruta, sosteniéndola en la mano, para percibir su grado de madurez, tratamos de calcular su peso, la olemos para darnos una idea de su estado interno (digamos de su semántica natural) y la posibilidad de disfrutarla o dejarla para otra ocasión (en una función sintáctica). Cuando estas acciones se hacen con los frutos intelectuales cosechados ya por uno mismo o por otros, este pesar o pensar las palabras no sólo es una acción crítica sino, además, creativa; nos movemos entonces en la indefinida zona de la filosofía del lenguaje o de la creación –estética-, o sea en el género del ensayo, al cual llamó Alfonso Reyes el centauro de los géneros literarios.
Por mi parte doy la bienvenida a este trabajo del que pueden abrevar aquellos que se lanzan a recorrer el mundo, único lugar donde nace la poesía.
15 de febrero 2011.

domingo, 6 de febrero de 2011

rostros de vos - benedeti - me sirve no me sirve

NO TE SALVES - MARIO BENEDETTI - CORAZON CORAZA

AL MOJO DE AJO

Teodosio García Ruiz (poeta Tabasqueño)

El diálogo
queda
en el vacío

Un clip en la boca
un pequeño
poema entre los ojos

Ensimismado
el sol
sale de la junta de mejoras

La máquina está rota
ahora todo es posible

Duerme
querida
el ataúd aún no llega

Estatua
mueve los dedos
vamos a cantar
como cuando cantan
los clérigos
el rock como

Antes y después de mí
alguien vivió

La muerte es mi esposa
divorciada

Y si la venganza y yo
somos hermanos

Un hombre sin apellido
empezó a escribir
era yo

Yo tomaría tu mano
si hoy
estuvieras muerta.

_________________________
Teodosio García Ruiz es un poeta reconocido en Tabasco. Junto a Ciprián Cabrera Jasso y Jeremías Marquines forma parte del círculo de escritores que han trascendido más allá de los límites de Villahermosa. Actualmente el poeta se encuentra ciego, pero aún así sigue leyendo y escribiendo. El poeta que aquí publicamos forma parte de la obra Sin lugar a dudas, publicado por el Gobierno del Estado, en 1985.

martes, 1 de febrero de 2011

PROYECTO

PROYECTO


Manuel Álvarez


Si acaso tengo un hijo
Le diré que sea poeta
De arrabal como su padre
Que se tome una cerveza
Por cada poemario publicado
Que amanezca las madrugadas
Con meseras en alguna fonda
Desayunando instantes
Boquiabierto de haber vivido
Lo que nunca su padre pudo.

DE LOS POETAS Y LOS POLITICOS La poesía es como la política: Aquella se escribe si hay inspiración; y en ésta te inscribes si hay el...