Samuel Pérez García
Después de tantos bailes
de apretar la oscuridad entre las nalgas
de hacer cabriolas con los sueños
de tomar como propio
el recuerdo ajeno
me va quedando la soledad
el horizonte yermo de las manos
el amarillo suave de mi sexo
la lentitud de mis propios años.
Sucede que me voy haciendo rayo
mástil roto en la penumbra
recuerdos de motor en su última potencia
o tal vez una iguana orando
en la oquedad de un árbol seco
Depués vienen los dolores
que se me quedan
cuando pienso el comienzo de los espejos
que son mis ojos redondos
y que a pesar de sus otras luces
ya no salvan tanto empaño
que ha dejado la vida
después de tantos bailes
de apretar la oscuridad entre las nalgas
de hacer cabriolas con los sueños
de tomar como propio el recuerdo ajeno
de juntar los sueños que me hicieron
poeta estrafalario
mercader
sombra primera
bajo un sol de enero
hace muchísimos años.
Después de tantos bailes
de apretar la oscuridad entre las nalgas
de hacer cabriolas con los sueños
de tomar como propio
el recuerdo ajeno
me va quedando la soledad
el horizonte yermo de las manos
el amarillo suave de mi sexo
la lentitud de mis propios años.
Sucede que me voy haciendo rayo
mástil roto en la penumbra
recuerdos de motor en su última potencia
o tal vez una iguana orando
en la oquedad de un árbol seco
Depués vienen los dolores
que se me quedan
cuando pienso el comienzo de los espejos
que son mis ojos redondos
y que a pesar de sus otras luces
ya no salvan tanto empaño
que ha dejado la vida
después de tantos bailes
de apretar la oscuridad entre las nalgas
de hacer cabriolas con los sueños
de tomar como propio el recuerdo ajeno
de juntar los sueños que me hicieron
poeta estrafalario
mercader
sombra primera
bajo un sol de enero
hace muchísimos años.
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