Samuel Pérez García
Un día los poetas
Restregarán sus poemas
en la historia
Es decir, en el lugar
preciso
De la mujer bonita de
los leidis bar
Y todos los manifiestos
que suscriban
No tendrán las arrugas
de hoy,
Ni el paso cansado que
ya les anda
Por eso desde cada mesa
Donde cada uno acontezca
Le van a voltear al
mundo
Su camiseta verde
nuevecita
Y le dirán al barman,
Incondicional de los
borrachos
Honorable hombre de
negocios
Amigo de policías,
ladrones y prostitutas
Que a pesar del fraude
Y de los organizados
criminales de la derecha,
El sabor de la victoria
Será un día de todos,
Cuando recuperemos el
grito,
Y los poetas de abajo
devengamos
En cantera dura y árbol
de cedro
Para derribar los muros
de opresión
Y de dominio en el que
estamos,
Y así, con las solas
migas de pan
Que su estómago consume
Haremos un mitin en cada
suelo
Y escribiremos la
historia de todos
Para que florezcan los
barrios de manos ásperas
Y con ellos tengamos los
poetas
Un lugar con aquellos
que marcharon
Entre mantas y gritos enfurecidos
Pasando altivos ante los
guardianes
Metiendo en un puño al
mundo
Que los mira como si
locos fueran.
Por eso cuando todo eso
acontezca
Seremos poetas en la
historia
Llenaremos las plazas
Con el llanto amoroso de
la madre
Cuyo esposo fue
asesinado
Quien vio a su hijo la
última vez
Que se lo llevó la noche
secuestrado
Por acusarlo de
suscribir un manifiesto
Que denunciaba el modo
Palaciego de vivir de aquellos
Patrones de nosotros,
pero lacayos ante el extranjero
Cuya dicha les dio ser
gobierno espurio
Por los suyos solamente,
pero sin el pueblo
Sin los nuestros que
fueron masacrados
O murieron en la cárcel
encerrados
Pero que hoy su memoria
recuperamos
Para que prenda la nueva
revolución
Que hoy soñamos y que
fraguamos
Juntando a todos los de
abajo
Que hoy se encuentran
congregados
Como si fueran uno solo
Identificados con la
idea gramsciana
De elevarlos de abajo y
hacia arriba
Y ya no haya ni
opresores ni oprimidos
Sino hombres
construyendo la esperanza
De nunca más volver a
ser esclavos
A lo Marx que sí.
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